“Democracia real” es un movimiento de ciudadanos que, organizados a través de las redes sociales, reclaman una democracia real y critican las carencias del sistema político, económico y social.
Ante esta definición de los diferentes medios de comunicación me gustaría reflexionar en "voz alta":
Que la crisis está siendo dura…
Que está siendo larga…
Que todos tenemos casos “demasiado próximos” de personas que han perdido su puesto de trabajo…
Que los políticos y sus partidos ni sienten ni padecen la crisis…
Que los sindicatos y sus dirigentes han sido anestesiados con algún tipo de “m€dicamento”…
Que la democracia implica un gobierno que represente a la mayoría y que se sustente en los principios que le han otorgado esa mayoría…
Que los partidos “más votados” no siempre gobiernan…
Que los jueces se ofenden si se opina de sus “fallos”…
Que las minorías tienen secuestrada a la mayoría…
Que es muy fácil prometer, subvencionar, y “dilapidar” el dinero público (público significa de todos, no solo de las minorías ni los “anti sistema, ni de los una ideología o religión concreta) en “políticas” que van encaminadas al “voto fácil”…
Pero ¿Qué garantía ofrece este nuevo colectivo? ¿Qué formación tienen sus líderes? ¿Qué responsabilidad asumirán de sus actos?... demasiadas incógnitas.
Es un hecho que debemos mejorar el funcionamiento público y político, es verdad que los partidos políticos son “empresas familiares” donde siempre se mantienen en el poder “los mismos” y sus familiares y amigos, es verdad que no sabemos cómo se financian, es verdad que para ser presidente de una mesa electoral debes tener unos “estudios” y para ser ministro/a todo nos vale…
Reproducimos aquí el manifiesto de “Democracia Real” donde hay muchas buenas intenciones (quién recuerda la “alianza de civilizaciones”), pero no hay propuestas concretas ni cómo ni cuánto cuesta hacer esto… lo de siempre, la política del “Hay que…”
- Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
- Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
- El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
- La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
- El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
- La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
- Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
- Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
- Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.
Y al final, como siempre, ¿quién va a pagar la fiesta?
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